El coro "San Agustín" desgranó, según palabras de su director Pedro Blanco una serie de canciones populares en la celebración del 35 aniversario del sindicato de la enseñanza AMPE en el hotel Abba Fonseca de la capital salmantina.
Al final del concierto, se interpretó la canción dirigida a los maestros con el título "Tu me enseñaste a volar", en la que algunos de los asistentes se sintieron emocionados
CANCIÓN PARA EL
MAESTRO
Tú me enseñaste a volar
con alas de pajarillo,
cuando no era más que un niño,
sin miedo a la libertad.
No envejecerás jamás,
amigo, hermano maestro
siempre como como un padre nuestro
en boca de algún chaval.
Te han robado el corazón
los muchachos en la escuela;
ellos pasan, tú te quedas,
mucho de ti llevarán.
Te han robado el corazón
los muchachos en la escuela;
ellos pasan, tú te quedas,
¡tu me enseñaste a volar!.
Tú decidiste volar
dejando crecer a todos,
cada cual tuvo a su modo
su sueño de libertad.
Nunca he podido olvidar
aquella lección pequeña,
cada cual es lo que sueña,
sueña un poco cada cual
Te han robado el corazón . . . .
Van diciendo que alzaras
el vuelo como un chiquillo
hermano, maestro, amigo
quédate un poquito más
Siempre tendrás un lugar
en mi corazón de niño,
compañero de camino,
¡tú me enseñaste a volar!
Te han robado el corazón . . . .
con alas de pajarillo,
cuando no era más que un niño,
sin miedo a la libertad.
No envejecerás jamás,
amigo, hermano maestro
siempre como como un padre nuestro
en boca de algún chaval.
Te han robado el corazón
los muchachos en la escuela;
ellos pasan, tú te quedas,
mucho de ti llevarán.
Te han robado el corazón
los muchachos en la escuela;
ellos pasan, tú te quedas,
¡tu me enseñaste a volar!.
Tú decidiste volar
dejando crecer a todos,
cada cual tuvo a su modo
su sueño de libertad.
Nunca he podido olvidar
aquella lección pequeña,
cada cual es lo que sueña,
sueña un poco cada cual
Te han robado el corazón . . . .
Van diciendo que alzaras
el vuelo como un chiquillo
hermano, maestro, amigo
quédate un poquito más
Siempre tendrás un lugar
en mi corazón de niño,
compañero de camino,
¡tú me enseñaste a volar!
Te han robado el corazón . . . .
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